Por Luis Alberto Villamarín Pulido *
Como después de la tempestad viene la calma, es perentorio que la justicia colombiana inicie una investigación de oficio acerca de muchos interrogantes que quedan después del fallido show mediático que habían montado las Farc, los mal llamados Colombianos por la Paz y la exótica pero sospechosa organización de presumible opinión favorable a las Farc, autodenominada Mujeres del Mundo por la Paz. El Estado Colombiano debería declararse parte del proceso.
Ya que el Fiscal Montealegre ha llegado con tantos bríos y promesas como ansias de quedarse cuatro años en el cargo, y destila aparente intencionalidad de llevar graves investigaciones hasta las últimas consecuencias, es urgente que dedique a sus funcionarios a aclarar detalles que dejan mucho que pensar acerca de lo que está sucediendo con el embeleco de la paz que inunda los medios de comunicación y los mentideros políticos, por ejemplo:
¿Cuál es el interés de Piedad Córdoba y sus socios?: ¿La paz para Colombia sin trampas, o la velada intención de legitimar a las Farc, que de acuerdo con su Plan Estratégico y sus documentos programáticos, ven las negociaciones de paz como un salto cualitativo hacia la toma del poder?
¿Quién financia los permanentes viajes de Piedad Córdoba por diferentes lugares del mundo, en los cuáles como lo registran los medios de comunicación y el internet, hay muchas evidencias de su odio de clase contra el Estado Colombiano y su no ocultada simpatía por el plan expansionista y totalitarista de Hugo Chávez, quien además de bocón e irrespetuoso con Colombia es un reconocido cómplice de las Farc?
Invitación de Ivan Marquez a la Marcha Patriotica Nacional
¿Cuál es la ligazón que hay entre el Movimiento Bolivariano Clandestino de las Farc y el naciente Movimiento Marcha Patriótica, etéreo grupo político del cual Piedad Córdoba ya insinuó hacer parte con el lanzamiento previsto para el 23 de abril con el embeleco de la “paz” que tanto quieren las Farc; en particular porque la página web www.Anncol.com perteneciente al grupo narcoterrorista ha venido promocionando dicho movimiento político, tan poco claro como coincidente con los planteamientos de manipulada paz hechos por Cano y Timochenko?
¿Cuál es la razón para que a nombre de una dudosa intención de paz de las Farc y a pesar de haber sido destituida como senadora por el Procurador General, sin vinculación laboral conocida, las actuaciones públicas de Piedad Córdoba han dejado la sensación de estar haciendo un aparente mandado a las Farc, manipulando el dolor de los secuestrados y sus familiares, con la presumible intención de hacer un encerrona al gobierno nacional, para inducirlo a conversar con las Farc, a sabiendas de que esa es la más probable intención de los cómplices internacionales del grupo terrorista asentados en los gobiernos de Venezuela, Ecuador, Nicaragua, Bolivia y Brasil, que buscan ese hipotético suceso, para así ellos dar reconocimiento beligerante a las Farc, porque al sentarse a negociar no son terroristas sino “actores políticos”?
¿Qué objetivo concreto persigue Piedad Córdoba cuando dice que los bandidos de las Farc encarcelados por actos de terrorismo son dizque “presos políticos” y los militares secuestrados son “prisioneros de guerra”? ¿Porqué la señora Córdoba calificó el legítimo bombardeo contra una guarida del Bloque Oriental como un empleo vulgar de la fuerza, y las muertes en combate de los narcoterroristas Raúl Reyes y Alfonso Cano como “asesinatos”, pero a su vez guardó sospechoso silencio frente al asesinato a mansalva de 11 militares en Arauca, perpetrado por las Farc?
¿Cuál es la razón para que ella haya dedicado tanto tiempo y esfuerzos para traer a varias mujeres de otros países a hacer un show mediático que les falló en Villavicencio, pero fuera de eso insista, que esas señoras tienen que entrar a las cárceles a visitar a los terroristas, que han diseminado el dolor, el drama, la desesperanza y la miseria en los campos colombianos?
Si la dudosa intención de las visitas a los narcoterroristas detenidos fuera un acto humanitario para observar sus condiciones de reclusión ¿por qué no hacer el procedimiento legal, con el trámite del permiso ante el juez que conoce cada caso? Sin protagonismo mediático ni la perversa intención de “crucificar” al gobierno nacional, de legitimar a los terroristas y de presentar ante el mundo a un grupo de señoras desocupadas, que en lugar de trabajar por arreglar los graves problemas de sus países, vienen a Colombia a declarar presos políticos a los narcoterroristas que secuestran, reclutan niños para la guerra, trafican coca, instalan minas antipersona contra la población civil, masacran campesinos, les roban las tierras, lanzan cilindros bomba contra las iglesias llenas de feligreses, envenenan acueductos, torturan víctimas etc.
Asimismo es el momento preciso para que el gobierno nacional, tome cartas en el asunto y se constituya en parte del proceso de la Farcpolítica. Es inconcebible que en los computadores de Jojoy, Cano, y otros bandidos que han sido abatidos por la Fuerza pública se hayan corroborado con creces los datos de los computadores de Raúl Reyes y sin embargo, todo igual que cuando a unos magistrados se les ocurrió declarar sin valor esas pruebas, dizque por procedimiento de recaudo. También Colombia necesita que la Canciller viaje menos y trabaje más por la Seguridad Nacional para que exija al gobierno venezolano la inmediata extradición de los terroristas Julián Conrado y Fernando marquetaliano, quienes estaban en Caracas cobijados por el gobierno chavista.
Esto y mucho más es lo que debe investigar la justicia colombiana después de la tormenta fallida con el pretendido show mediático que tenían montado Piedad Córdoba, los camaradas Cepeda, Cuartas, Orjuela, Ramírez, así como los idiotas útiles del Partido Comunista Clandestino de las Farc, las “invitadas internacionales” y una serie de Ong´s probablemente financiadas por el Movimiento Bolivariano Clandestino de las Farc, que aparecieron de manera sospechosa en el Aeropuerto Vanguardia de Villavicencio, según palabras de uno de los entrevistados por televisión a “apoyar los esfuerzos de paz de la doctora Piedad Córdoba”.
Sería muy conveniente comenzar por tener claridad puntual de donde salen los recursos, o mejor dicho ¿quién es la persona u organización que aporta los dineros que se necesitan para hacer tanta propaganda, viajar por muchos países y municipios colombianos, invitar a tantos “pacifistas” y sostener una campaña mediática tan prolongada y tan coincidente con los planteamientos de la Novena Conferencia de las Farc, con el plan fariano 2010-2014, con el lanzamiento de Marcha Patriótica y lo que sugirió Cano en abril de 2000 en el Caguán, que sería el Movimiento Bolivariano de las Farc?
Colombia necesita respuestas claras a estas dudas. Para tranquilidad de todos, sin excepción.
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