Alejandro Peña Esclusa y María Lourdes Afiuni son dos presos políticos de la larga lista de detenciones arbitrarias del régimen. Los dos por supuesto son presos de Chávez. Por los dos y por tantas otras tropelías responderá más temprano que tarde. Cuando haya reconciliación y justicia.
Mientras tanto, a los dos debemos defenderlos, procurar su libertad y sobre todo no olvidarlos. En la lucha por el restablecimiento de la democracia, los presos políticos deben estar siempre presentes. Así debe ser por elemental solidaridad, pero también para saber que no estaremos solos cuando nos llegue el turno. Los presos políticos son en gran medida vanguardia en la lucha por la libertad. Su liberación, condición indispensable para el reencuentro de los venezolanos.
El delito de Peña Esclusa es haber combatido desde siempre a Hugo Chávez. Su error haber sido eficaz internacionalmente. Cuando no lo somos, el caudillo prefiere ignorarnos. Considera que menos males causamos expresándonos que presos. Seguramente piensa que ya habrá tiempo para castigarnos. El encarcelamiento es sólo una de las medidas punitivas contra quienes lo desafían. Su violencia, por ahora, sigue siendo generalmente selectiva. Por supuesto, distinto es el caso de quienes alguna vez lo acompañaron, han colaborado o pactado con él. A éstos los considera traidores que en el código propio de los de su calaña es ofensa máxima, máximo agravante.
La jueza Afiuni también es presa personal del caudillo. La llamó bandida y ordenó: "me le meten cadena perpetua". Después solicitó 30 años de prisión. Su delito haber dejado en libertad a uno de los otrora banqueros del régimen. Su error haberlo hecho. Su detención es también una demostración de lo que puede ocurrirle a cualquier juez que no sentencie de acuerdo a los requerimientos del caudillo. Deben obedecer, interpretar y anticipar sus deseos. En Venezuela es evidente la falta absoluta de independencia del Poder Judicial.
Detenciones como las de Peña Esclusa y Afiuni son comunes en las dictaduras. Venezuela lo es aunque todavía algunos se empeñen en desconocerlo. Un dictadura post moderna ciertamente, con un proyecto totalitario en ciernes.
En esta triste hora, libertad para Peña Esclusa y la juez Afiuni, libertad para todos los presos políticos tiene que ser la consigna permanente de la oposición democrática.
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